AUDIOS DEL PROGRAMA SOBRE LUIS LUCHI

De entre las callecitas, pasajes y cortadas de su barrio, Paque Chas, llegó a la Calle 52 el gran poeta Luis Luchi. Aquí podrán descargar los cuatro bloques del programa que hicimos sobre Luchi y todo su mundo. Además de escuchar buena jazz y músicas del mundo, pudimos disfrutar de la poesía de Luchi, algunas en su propia voz, ese modo de morder las palabras que tenía, tan porteño, tan de argentino de otros tiempos. El programa estuvo memorable gracias al aporte de todos ustedes. Bajen aquí los audios y no olviden dejar comentarios:

BLOQUE 1 http://www.mediafire.com/?245l0xcdxie

BLOQUE 2 http://www.mediafire.com/?3xnqyr5jgcs

BLOQUE 3 http://www.mediafire.com/?9xcbpzzltyc

BLOQUE 4 http://www.mediafire.com/?0y1m9tyzcum

También conversamos un rato con el poeta mendocino Juan López (Bloque 3) que nos contó de la movida de lecturas poéticas que hay en la ciudad. Juan es un reconocido poeta y periodista del medio local con una interesante obra que tiene la buena costumbre de compartir con los mendocinos en distintos foros. Como narrador pueden conocer sus Crónicas Carcelarias en http://www.textosdejotal.galeon.com/

Luis Luchi : Porteño, hijo de inmigrantes rusos, oriundo de Parque Chas y nacido en 1921, Luis Luchi, el poeta (seudónimo de Luis Yanischevsky Lerer) es un caso extraño dentro de la literatura. Siendo casi un poeta secreto, es más conocido por su voz, por la lectura de sus poemas, que por sus libros, que sumaron varias decenas en sus casi 80 años de vida.

La voz de Luis Luchi se ha instalado en la conciencia estética de todos como algo familiar e indispensable, como la sordina en la trompeta de Miles Davis, el bandoneón agónico de Troilo o los sonidos de la ciudad. Esa voz seca de Luis Luchi, que canta en una extraña tonalidad, buscando acaso la cuerda exacta que haga sonar la poesía definitivamente, es parte de todos nuestros recuerdos.

La ciudad no pudo tenerlo mucho tiempo en la boca, ni bien quiso tragarlo tuvo que escupirlo a la calle; Luis Luchi es un tallo amargo de la ciudad insípida, por eso no pudo ir hasta el fondo del vientre de las oficinas, de las delegaciones, de los juzgados, de todo lo que aburre y devora, no, el debió buscárselas sin horarios y con las puertas abiertas.

Luchi, el desparejo, el rengo, el desvelado, Luis Luchi hombre de todas las ciudades, aparecido, decidor. Desde el fondo de los discos que dejó grabados en los años sesenta, cuando al parecer, lo invadió una conciencia extraña de tener que buscar - buscarse y permanecer en esos artificios, modernos para la época, que los exiliados llevaban escondidos en sus valijas, que las señoras del Parque Chas escuchan a escondidas de sus maridos, que no aprueban esas cosas, y menos si es aquel, menos, porque reconocen la voz del vago, del peligroso que vive en la calle Victoria y Pampa.