El programa de esta semana es realmente especial, decidimos armar una audición con música en vivo en homenaje a los 85 años del nacimiento de Dexter Gordon; por eso estuvo presente el mayor admirador de Dexter de esta parte del mundo: Sebastián Kusselman, guitarrista estupendo que se vino al estudio de Nihuil con el bajista Hugo Larrañaga y el baterista Tom Brown. Son dos horitas completas con música en vivo y los comentarios de Kusselman sobre su adorado Dexter.Les recomiendo especialmente este programa, pueden bajar los bloques aquí:
BLOQUE 1 http://www.mediafire.com/?zttynnmzm9w
BLOQUE 2 http://www.mediafire.com/?kkivrn0jxtg
BLOQUE 3 http://www.mediafire.com/?jynntewsmn4
BLOQUE 4 http://www.mediafire.com/?v0ynzz1k1mo
Les dejo un textito de mi cosecha:Dexter no es el nombre para un hombre, es un hombre de gato, pero no para cualquier gato, sino para un gato de esos que se comentan traídos de algún lugar sagrado de la India donde el hombre calzado en Nike aún o ha pisado, o de Ceilán o de Birmania; un gato, Dexter, para ser llevado en palanquín con cuatro esclavos y una gran sombrilla roja que se vea desde lo alto y desde el otro extremo de la Calle 52, para que todo el mundo, cuando la comitiva imperial de Dexter gato diga por lo bajo “ora pro nobis, gato, ora pro nobis”.
Si el solo nombre es un ronroneo de bicho viejo y mañoso “Dexter Gordon, Dexter Gordon”, si usted hace el sencillo ejercicio de cerrar los ojos y repetir el nombre, Dexter Gordon…sentirá como el gato le hace vibrar las manos con la música de su nombre.
En verdad Dexter es un nombre muy cortito para un hombre tan grandote, tendría que haberse llamado Nabucodonosor o al menos Thelonius; insisto, Dexter es más apropiado para un gato gordo y viejo o un ato recién inventado; un gato soplador que entrecierra los ojos y espera, cuando siente que esta por cazar su pieza diaria de belleza.
Dexter, cargando su saxo por la Calle 52, un poco tambaleante acaso porque los gatos no tienen mucha resistencia al alcohol. Allí va, saco enorme y sombrerito insignificante, con unos anteojos resbaladizos del tamaño de una marquesina en la que dice: abierto sólo por las noches.
Miguel GU.
1 comentario:
No tenía idea de la existencia de este sitio de pura exquisitez. Imagina mi sorpresa.
Impecable e imperdible.
Ya sabía yo, de verte nomás, que un hilo de plata estaba tendido: claro, el amor por las letras, el jazz, la noche y la belleza.
No hace falta mucho más.
Has sumado, por si no lo has advertido, un incondicional seguidor en esta larga marcha al éxtasis.
Daniel. Sí, tu colega, pero desde las tardes de la DGE.
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